Las
transgéneros desde muy corta edad sienten que han nacido en un cuerpo
equivocado, por este motivo se sienten incomodas con sus partes
genitales externas que no se ajustan a su identidad sexual interna.
Entre
los 10 y 12 años de edad tienen plena conciencia de ser diferentes,
esto les provoca vergüenza, insatisfacción e inadaptación al medio
ambiente, algunas han intentado suicidarse en varias ocasiones, esto se
muestra en las cicatrices que conservan en el cuello, en las
articulaciones y en la zona del pecho.
Muchas de las
transgéneros, son expulsadas del seno de la familia a los 13 o 14 años
de edad, quedando completamente desamparadas, sin el apoyo de los suyos,
lejos del hogar y sin preparación ni estudios. En este estado de
orfandad y desesperación, luego de haber sobrevivido recogiendo
desperdicios en basureros y pidiendo caridad, entre las 16 y 17 años,
ingresan a la prostitución. Con todos los caminos cerrados no les queda
más que pararse en una esquina y vender su cuerpo, que es el único bien
que aun poseen.
Las transgéneros adultas instruyen a
las novatas, a como realizar el trabajo sexual. Las mujeres transgénero
son muy aguerridas, por esta razón siempre dan la cara cuando se trata
de exigir respeto.
Los “desfiles del orgullo gay” son
más bien “desfiles del orgullo transgénero”, la mayoría de gais
prefieren mirar esta manifestación de lejos o a través de los noticieros
de prensa, radio o televisión.
Los gais no se
distinguen morfológicamente de los varones heterosexuales, quienes
desean ser identificados socialmente como gais deben hacer mucho
esfuerzo para llamar la atención.
Los gais que exhiben “pluma” (amaneramiento) también deben ser respetados.
Informante 4
Las
transgéneros asumen su identidad a muy temprana edad, todas manifiestan
sentirse mujeres desde que tienen uso de razón, esto les acarrea la
pérdida de sus vínculos familiares y las conduce a padecer una
marginalidad total en la escuela, en estos centros educativos, sus
compañeros de aula la rechazan de todas las maneras posibles y hasta se
niegan a sentarse junto a ellas.
Su identidad es
mostrada públicamente entre los 14 y 18 años de edad. En la ciudad de
Quito no existen ambientes específicos para la diversión y el flirteo
del colectivo transgénero, a las transgéneros fastuosas y derrochadoras
les admiten el ingreso a ciertas “discotecas gay”, las transgéneros
pobres y macilentas tienen vedado el ingreso a todos los sitios de
diversión, por esta desventaja, humilladas y resentidas terminan
consumiendo licor en botaderos de basura, mezcladas entre inmundicias,
moscas, perros callejeros, enfermos mentales, delincuentes, alcohólicos,
drogadictos e indigentes. Esta manera de visibilizarse agranda el
aborrecimiento de la sociedad hacia las mujeres transgénero.
Las
mujeres transgénero, encuentran barreras invencibles, cuando construyen
su biografía, estos escollos son el resultado de la acción excluyente
de la sociedad. Ante el rechazo general, las perspectivas profesionales,
económicas, sociales, afectivas, sexuales y familiares de las personas
cambian conmovedoramente, en contra de sus proyectos de vida.
Informante 5
Las
transgéneros desde la edad de 3, 4 o 5 años se dan cuenta de que se
sienten mujeres, eso lo expresan en los juegos o en los papeles que
asumen. Se identifican con el sexo contrario al de su nacimiento, en su
forma de pensar y actuar.
Desde la niñez se ilusionan
con carreras socialmente asignadas para las mujeres. Las personas salen
del clóset entre los 15 y 20 años de edad, sin embargo hay transgéneros
que nunca salen del clóset, pero por mucho que se oculten comenten
errores y no es extraño verlas en estado de ebriedad o drogadas,
desnudándose en la calle… ¡el espectáculo es horrendo y escandaliza a
todo el mundo!.
Para las transgéneros secretas, la vida
es un calvario que sobrellevan atiborrándose con literatura de
autoayuda o alineándose a la reprimenda e intransigencia de alguna
secta, ellas son las más implacables cuando se trata de condenar la
diversidad sexual.
Informante 6
Los
niños a partir de los 3 años, identifican esa incongruencia entre su
anatomía y sus sentimientos. La transgénero es un ser humano, cuyo
sentir difiere del sexo biológico y del género asignado socialmente,
desde que tiene conciencia de estar vivo. Una persona con inconformidad
de género es incómoda en todas partes, por este motivo algunas
transgéneros prefieren vivir mezcladas entre gais. Los gais son
predominantemente masculinos y la mayoría pasan desapercibidos ante la
sociedad. A las transgéneros les gusta que las traten igual que a las
mujeres. Para las transgéneros es imposible mantenerse ocultas. Los
primeros cambios estéticos que visibilizan a las transgéneros se inician
entre los 12 y 14 años de edad y se van acentuando con el pasar del
tiempo.
Muchas transgéneros han iniciado su vida sexual
con mujeres biológicas y como “en cuestiones de sexualidad humana nadie
tiene la última palabra”, hay momentos en los cuales les apetece
mantener relaciones sexuales con mujeres biológicas, esta mutabilidad
deja boquiabierta a la sociedad que no comprende que la mente humana es
infinita y no tiene barreas. Las barreras mentales son el resultado de
los temores inculcados, de los prejuicios y la cobardía de las personas.
En nuestra sociedad, las personas que se muestra desinhibidas son
consideradas vulgares, impúdicas y vistas con mucho desagrado.
Informante 7
Las
primeras señales de trangenerismo se dan en la niñez, a partir de los 4
años. A esa edad, los castigos de los padres, consejos de la familia y
las visitas médicas no modifican nada. Si los padres no aceptan a sus
hijos tal como son, los pierden para siempre, para algunos papás “una
hija transgénero, es un hijo muerto”. La niñez es difícil, a una
transgénero les gustan las cosas de las niñas, para los padres esto es
devastador, pero ni a si las lleven al mejor médico, al mejor sicólogo,
nadie las cambia, ni su familia, ni la crítica de la gente, ni el temor a
la justicia ordinaria o a la justicia divina.
Las
niñas transgéneros no suelen encajar en grandes grupos, especialmente
con amigos de su propio sexo biológico. Crecen con un sentimiento de
vergüenza internalizada, los padres empiezan a observar que se aíslan y
pasan más tiempo solas, jugando con prendas femeninas, sus heroínas son
las reinas de belleza, las bailarinas, las actrices, las cantantes, las
modelos… todas mujeres.
La etapa de la pubertad y
adolescencia es aún más crítica, la sexualidad se despierta y las
transgéneros se confunden, no saben que son realmente, algunas huyen de
la realidad consumiendo sustancias sicotrópicas y hasta tienen
enamoradas para engañar a los demás y así pasar inadvertidas.
Cuando
empiezan a tener conciencia de su situación, creen que son las únicas
en el mundo, que son enfermas mentales, anormales y delincuentes dignas
de ser expuestas en las páginas de la crónica roja. Siempre está en la
mente de las transgéneros suicidarse.
El transgenerismo
no está asociado a ninguna enfermedad mental, en Francia y en Suiza no
es una patología, es simplemente una forma de vida diferente. Una
enfermedad que no tiene tratamiento médico adecuado, mata al enfermo. El
transgenerismo no es enfermedad y por lo tanto no mata a nadie.
La
gente sale del clóset a partir de los 16 años de edad, salir del clóset
es difícil, pero siempre hay alguien que les da un empujoncito, las
jóvenes empiezan a hacerse cambios sencillos, como actuar como mujer
maquillándose el rostro, desde allí empieza el problema, ese día marca
el momento en el cual el mundo les cierra las puertas para siempre, ya
no hay vuelta atrás, a partir de esa decisión empiezan a vivir la otra
mitad de sus vidas, la de sobrevivir teniendo sobre sí la condena de
todas las personas.
Informante 8
Los
primeros signos de una niña transgénero se manifiestan al terminar la
primera infancia. La adolescencia de las transgéneros es una pesadilla,
para ellas enamorarse de alguien y no poder comunicar esos sentimientos
es muy doloroso, desde ese momento experimentan una serie de renuncias y
actos fallidos que termina volviéndolas neuróticas, frustradas,
resentidas y llenas de odio para todo el mundo. Algunas transgéneros se
visibilizan completamente a los 16 años de edad, mientras que otras
prefieren permanecer ocultas por siempre, y para compensar sus fracasos
deben fabricarse una obsesión compulsiva.
Hay
transgéneros que se han construido un mundo de desvarío para no volverse
locas, estas fantasías son “una especie de demencia”, en donde todo es
mentira, viven acorazadas en un mundo de cuento, se inventan novios
guapísimos, experiencias sexuales fascinantes, familias ilustres, viajes
románticos a sitios paradisiacos, títulos de nobleza e inmensas
fortunas, gracias a este mecanismo sabio de la mente, logran evadir el
manicomio.
Informante 9
Desde los 4
años de edad empiezan a notar que tienen sentimientos de mujer, puesto
que les gustan las cosas de las niñas y se identifican más con los roles
de las hermanas que con los roles de los hermanos. En la adolescencia
empiezan a practicarse los cambios físicos que van exteriorizando su
identidad sexual. Todas las transgéneros tienen la convicción de
pertenecer al sexo femenino, pero reconocen que las múltiples
intervenciones quirúrgicas jamás las van a convertir en mujeres totales,
por esta situación, muchas de ellas dejan en su identidad algún rasgo
masculino, para que la gente pueda apreciar esa ambigüedad y no solo
hable de las transgéneros, sino también analice y respete su
caracterización.
Algunos varones heterosexuales se
visten temporalmente de mujer, para ofrecer entretenimiento en teatros,
discotecas o bares, estos “transformistas” no son “travestis” ni
“transgéneros”, las mujeres transgénero se visten de mujer hasta para
dormir. La vida de una mujer trangénero es un infierno, por estas
circunstancias algunas de ellas en sus fantasías alcanzan el cielo, las
que viven pregonando sus alucinaciones, se han ganado el apelativo de
“locas“. Los dramas de estas féminas podrían hacer reír y llorar a toda
la humanidad. Muchas mujeres transgénero, intentan debilitar a la
vindicta pública, inventándose historias espantosas de incesto,
pedofilia y violación, en las cuales ellas son las víctimas, en el fuero
interno, toda transgénero sabe que su condición sexual es independiente
de las invenciones y justificativos.
Informante 10
Se
visibilizan desde los 14 años de edad, todo depende de donde vivan.
Salir del clóset es muy complicado para las mujeres transgénero, si es
hijo se teme que los padres lo rechacen, si es padre se teme que los
hijos no lo acepten, si es casado se teme que la esposa pierda la razón y
que los amigos se distancien horrorizados.
Muchos
varones han iniciado su proceso de transgenerización, después de varios
años de matrimonio y luego de haber engendrado a una numerosa prole,
estos dramas familiares son desgarradores, ya que aun no se ha inventado
una receta que mitigue el dolor familiar, especialmente en los hijos
más pequeños. La mayoría de los hijos de las mujeres transgénero,
vuelven a relacionarse afectivamente con sus padres biológicos, pero en
esta nueva oportunidad los llaman como: “tía”, “prima” o “madrina”.
Cuando
una transgénero sale del clóset, se acaba todo, la familia, la
reputación, el trabajo y los mejores amigos, debe empezar de nuevo,
construyendo nuevas amistades y desarrollando mañas para sobrevivir. El
proceso de aceptarse como transgénero es largo, puede durar hasta 10
años, durante este periodo de vacilación, muchas mujeres transgénero
mantienen relaciones sexuales con hombres, con mujeres biológicas y a
veces hasta con prostitutas. Las transgéneros que permanecen en el
clóset son difíciles de ubicar, son muy cautelosas, jamás dan sus
nombres, direcciones o datos que las delaten, las tarjetas de
identificación que utilizan son fraguadas con ayuda de las tecnologías
modernas. Las transgéneros ocultas por lo general no tienen problemas
laborales de consideración, pero el costo emocional de no vivir como
hubiesen querido vivir es demasiado alto, por eso sufren depresiones,
viven perseguidas por sus propias privaciones, padeciendo hasta de
alucinaciones.
Informante 11
Las
transgéneros saben que son diferentes desde los 3 o 4 años de edad. La
sociedad puritana prefiere creer que los niños y niñas son asexuados y
sin orientación sexual, pero cuando a una mujer transgénero se le
pregunta desde cuándo le gustan los hombres y desde cuándo se sintió
mujer, la respuesta es siempre la misma: “desde el día en que nací”. En
la adolescencia inician su transformación fisonómica y morfológica en
condiciones muy peligrosas para la salud. En la escuela o en el colegio
son víctimas de acoso escolar, esto les ocasiona cuadros depresivos,
migrañas, aislamiento y bajo rendimiento académico, aquellas que no
resisten estos maltratos abandonan los estudios o se suicidan. En los
centros de enseñanza nadie detiene a los acosadores, la educación en
valores es solo la grandilocuencia utilizada para disfrazar el bajo
nivel académico de nuestro país. Mucha gente paranoica anda husmeando
morbosamente el comportamiento de la gente, para detectar señales de
transgenerismo u homosexualidad, sí es que la descubren empiezan a urdir
planes para provocar daño físico y moral en las personas cuya
privacidad han invadida. El ataque de homofóbicos y transfóbicos,
también se dirige a las personas que políticamente apoyan las demandas
de los gais, lesbianas, bisexuales y transgéneros.
Todas
las personas entran en crisis de identidad cuando descubren que son
diferentes a la norma establecida. La conciencia de poseer una identidad
sexual maldecida por la sociedad, provoca en el ser humano un dolor
imposible de describir, un duelo que destroza el alma, estos
sentimientos desintegradores suelen ser superados en completo silencio.
Cuando una transgénero se acepta, mejora su autoestima, que es fuente de
seguridad y felicidad, sentimientos necesarios para un correcto
desarrollo humano. Las mujeres transgénero que se aceptan y se valoran,
tienen un gran sentido del humor y se deleitan parodiándose mutuamente,
mediante la exageración de su aspecto físico, rasgos de personalidad o
utilizando elegantemente metáforas, en las que se desnudan de sus
fantasías, para dejar al descubierto sus debilidades. Las personas que
desconocen las expresiones culturales de este colectivo, toman estas
manifestaciones en forma textual, mal interpretando su intención.
Informante 12