El colectivo transgénero es muy hermético y de difícil acceso, no concede entrevistas y se resiste a entregar información a los médicos tratantes, sin un examen profesional no se puede levantar una historia clínica ni emitir un diagnóstico y tampoco se puede ofrecer terapia.
Las mujeres transgénero vienen acarreando traumas sicológicos y emocionales, producto de la violencia que sufrieron en la infancia, muchas de ellas tienden a adoptar conductas que son peligrosas para su propia vida.
La violencia tiene serias consecuencias en la salud mental de las víctimas, algunos traumas tienen el potencial de afectar la habilidad de desempeño laboral y sus síntomas pueden ser crónicos. Los médicos pueden dar asistencia, pero los horrores vividos son una carga que las mismas transgéneros deben aprender a sobrellevar. Las que han logrado superar sus estados emocionales se han preparado para el trabajo y en la actualidad gozan de reconocimiento social y de una buena situación económica.
Para insertarse laboralmente se debe estudiar y además disponer de una buena salud física y mental.
Dr. Rubén Jara Valero
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