Al
unísono las transgéneros responden: “por dinero”. Este servicio tiene
demanda, porque las trabajadoras sexuales mercantilizan con sus clientes
prácticas sexuales muy versátiles que incluyen sexo oral activo y
pasivo con varones, sexo anal insertivo y receptivo con varones, orgías
con grupos heterosexuales epicúreos, tríos con esposa y esposo
bisexuales, sexo vaginal activo con mujeres lesbianas o heterosexuales,
eventos eróticos con varones sádicos, con varones masoquistas o con
varones voyeristas. El éxito en este negocio radica en no hacerse pasar
por mujeres, sino en ser rápidamente identificadas por la frenética
clientela.
Según las servidoras sexuales transgéneros,
lo que las ha obligado a especializarse en esta actividad tan repudiada
por la población, es la falta de oportunidades para desarrollarse en
otra clase de trabajo.
Eduardo Ramón
No hay comentarios:
Publicar un comentario